Por: ALFREDO PALACIOS DONGO (*)

 
Muy poco o casi nada se trata sobre la problemática de residuos sólidos en nuestro país (basuras, desechos, restos, desperdicios). Según el IV Informe Anual de Residuos (años 2010-2011) del Ministerio del Ambiente (MINAM), el 2011 se produjeron a nivel nacional 7 millones de toneladas (2 millones solo en Lima) entre residuos domiciliarios, comerciales, de espacios públicos, de salud, industriales, de construcción, agropecuarios, etc., que según la normativa vigente –ley 27314 (julio 2000), DS 057 (julio 2004) y DL 1065 (junio 2008)– debieron ser recolectados, separados, clasificados y tratados desde la fuente de generación hasta su disposición final en un relleno sanitario, pero lamentablemente su cumplimiento es exiguo, inadecuado e incoherente, generándose consecuencias ambientales en el aire y agua superficial y subterránea, y degradación y contaminación en suelos, afectando seriamente la salud poblacional.    

A pesar que el gobierno presentó en diciembre pasado una nueva estrategia para que al 2021 el 100% de residuos estén dispuestos en rellenos sanitarios, el presupuesto que asigna es ínfimo. Para el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar, “es un tema complejísimo”. Además que los residuos se triplicarían al 2021 (21 millones de toneladas), solo se trata 35% y el 65% restante (4.5 millones de toneladas) es manejado inapropiada y descontroladamente, siendo arrojado al mar, ríos y lagos, a botaderos informales, descampados, quebradas, chancherías clandestinas, desiertos, o son quemados, o terminan en las calles.

Bajo este panorama, la principal dificultad del manejo de residuos sólidos a nivel nacional es la falta de rellenos sanitarios. Actualmente solo existen 9; el 2010 el MINAM anunció que el 2011 se construirían 32, pero incumplió. Según cifras del 2009 de dicho ministerio, para un manejo adecuado en el país se requiere construir 688 rellenos (entre manuales, semi-mecanizados y mecanizados) además de 1,216 micro-rellenos sanitarios.

Pero existen otros problemas influyentes: 

1) Es mínima la asignación de recursos del gobierno; 
2) Faltan plantas para residuos peligrosos y hospitalarios (biocontaminantes, tóxicos, radiactivos y patogénicos), solo hay 2 (en Lima) debiendo trasladarse (sin control ni fiscalización) desde cualquier parte del país hasta la capital; 
3) Es deficiente la capacitación y gestión operativa, gerencial y financiera de las municipalidades; 
4) no existe concertación y participación de los actores vinculados al sistema de gestión; 
5) falta información, sensibilización y educación a la población; y 
6) Es insignificante el reciclaje (5% del total apto para reciclar).

Toda esta dramática situación se agrava por el desmedido incremento de residuos que genera el acelerado crecimiento poblacional e industrial así como del comercio y empleo informal.  

Nota: Vicealmirante de la Armada peruana.