Cifras que paralizan
la temperatura
Calentamiento
real
El
calentamiento global es uno de los desafíos más importantes de nuestro tiempo.
Sus consecuencias marcan un punto de inflexión en el desarrollo presente y
futuro de la humanidad. Adaptarnos a los nuevos cambios, o morir en el intento.
Por: Peter Espinoza P.*
Los cambios climáticos
que experimenta nuestro planeta siempre han habido. Sin embargo, en las últimas
décadas se están produciendo diversas alteraciones climáticas que escapan de lo
inusual. El aumento o la disminución brusca de las temperaturas promedio por
estación, los acelerados deshielos en los nevados y los polos, las constantes inundaciones
y sequías, la mayor frecuencia de ciclones y huracanes, entre otros eventos; serían
apenas el preámbulo de los que nos esperaría, con la agudización de este
fenómeno.
Durante el último
siglo, el promedio de la temperatura global aumentó en 0,74°C, lo que supone un
calentamiento extraordinariamente rápido para los tiempos de la tierra. Expertos
y científicos declararon que los 90 fue la década más calurosa de los últimos
mil años, y la situación es cada vez peor, pues entre 1995 y 2006, el planeta
ha tenido once de los doce años más calurosos, desde 1850.
Es por ello que el
término 'calentamiento global' ha sido bastante usado, para referirse al aumento de la temperatura en la superficie
de la tierra. No obstante, como este término no explicaba los demás fenómenos
que se daban en el suelo, la atmósfera y las aguas, ahora los científicos
hablan de ‘cambio climático’ para referirse a estas extrañezas que padece el
planeta.
Según la definición
utilizada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
(IPCC), el ‘cambio climático’ se refiere a cualquier alteración del clima
producida durante el transcurso del tiempo, ya sea debido a la variabilidad natural
o a la actividad humana.
Perú,
país en alerta climática
En medio de esta
parafernalia medioambiental, nuestro país resulta uno de los más vulnerables al
‘cambio climático’, porque gran parte de
su población, además de vivir en condiciones de pobreza y pobreza extrema, se
dedica a actividades económicas y productivas que dependen directamente del
clima: pesca y agricultura, este último, afectado por la pérdida de los
cultivos vulnerables, como el maíz, la papa y el arroz, que forman parte de la
canasta básica familiar del peruano.
La pérdida del 22% de
la superficie de nuestros glaciares en los últimos 30 años, que a la vez son el
71% de los glaciares tropicales del mundo (La superficie glaciar del país se
redujo de 2.041 Km2 a 1.595 Km2, lo cual significa una pérdida de 446 Km2 en 27
años), ha provocado la reducción acelerada de las reservas de agua disponible
de los glaciares, el incremento del riesgo de desprendimientos de hielos
inestables y la formación de lagunas de origen glaciar que pueden ocasionar
desembalses.
Esta pérdida
representa 7000 millones de metros cúbicos de agua, que equivale al consumo de
agua de la población de Lima durante un periodo de 10 años. En efecto, casi el
80% de nuestra electricidad se genera en centrales hidroeléctricas.
En la Cordillera
Blanca, donde se encuentra el 35% de los glaciares peruanos, la superficie de
hielo se redujo de 723 Km2 a 535 Km2, lo que representa una pérdida de 188 Km2.
El glaciar Broggi ha retrocedido 941 metros en 56 años (1948-2004); el
Uruashraju 682 metros en 57 años (1948-2005), el Yanamarey 724 metros en 57
años (1948-2005) y el Gajap 499 metros en 57 años (1948-2005). También hay una
pérdida del 50% del glaciar Coropuna, que irriga las Pampas de Majes, en los
últimos 50 años.
El famoso Pastoruri
se redujo 490.67 metros en 25 años (1980-2005), a una velocidad promedio de
19.63 metros por año, lo que representa una pérdida de más del 40% de su área.
Esto ha provocado que se mantenga cerrado al turismo por seguridad.
De otro lado, la
cobertura forestal del Perú en el año 1975 alcanzaba los 71,000 Km2; en el 2005
esta superficie se había reducido a 68,000 Km2. La costa fue la región más
afectada, pues pasó de tener 1,667 Km2 de bosques a sólo 874 Km2. Esto se
asemeja a un territorio equivalente a seis veces la ciudad de Lima.
La tasa anual de
deforestación de la Amazonía peruana en el periodo 1990-2000 fue de 1,500 Km2.
Dicha cifra representa una pérdida de vegetación de más de 4 Km2 por día. Lluvias
e inundaciones cada vez más fuertes y frecuentes en el norte del Perú.
El área total
deforestada en la selva amazónica, durante el periodo 1990-2000, representa el
10,36% de la superficie de los bosques amazónicos. El departamento de San
Martín es el que presenta la mayor superficie deforestada con 1 327 668,52 ha
(18,51%), mientras que el departamento con menor superficie deforestada es La Libertad
con 7231,26 ha (0,10%) .
Aunque la emisión de
gases de efecto invernadero (GEI) en el Perú tiene un índice bajo en
comparación con otros países de la región, el más grave problema de
contaminación del aire en Lima es causado por las partículas sólidas que emite
el sector transporte por el uso de combustibles ‘sucios’. El transporte provoca
el 86% de la contaminación del aire en Lima, mientras que las emisiones
industriales representan el 14% restante.
El cambio climático
pone en riesgo el desarrollo local y representa un peligro a los planes de
desarrollo; es un factor determinante en el proceso de desarrollo de las
regiones, hoy en día. De hecho, se estima que los eventos climáticos extremos
serán más frecuentes y devastadores a medida que el clima siga cambiando,
amenazando la seguridad alimentaria y
energética del país (alrededor del 60% de la producción de electricidad
en el Perú se basa en centrales hidroeléctricas), lo que tendrá considerables
repercusiones económicas.
El Informe Stern, 2007
(Estudio internacional realizado por el economista inglés Nicholas Stern y que
constituye el primer intento por valorizar los impactos del cambio climático en
las diferentes regiones del mundo), señala que los países de América Latina y
el Caribe serán afectados significativamente por la variabilidad y los extremos
climáticos; siendo el Perú uno de los países más afectados por fenómenos
hidrometereológicos relacionados con el Fenómeno
del Niño 1982-83 que, según el Banco Mundial, las pérdidas ascendieron a 14 mil
millones de dólares, a nivel mundial, de los cuales 2 mil millones
correspondieron a la costa oeste de América del Sur, donde casi la mitad de las
pérdidas ocurrieron en Perú: 55% de las pérdidas en infraestructura de
transporte, 15% en agricultura, 14% en energía, y 9% en educación; ascendiendo
a una pérdida equivalente al 6% del PBI (IPCC, 2001).
Según el Ministerio
del Ambiente, el sur del país será la que experimente un mayor calentamiento,
así como reducción de lluvias del orden del 20% en promedio. Las regiones con
mayores pérdidas económicas por fenómenos climáticos en los últimos años fueron
Puno y Apurímac en el sur; Junín y Huánuco en el centro, Cajamarca y Piura en
el norte. Mientras que en el oriente fue San Martín. Todas estas regiones que se
encuentran en la línea de pobreza y pobreza extrema.
Las repercusiones
económicas por efecto de cambio climático que causa la aparición de plagas (El
tizón Tardío) en los cultivos de papa nativa en el norte del país son de US$
2.1 millones por campaña agrícola. Una de las especies más sensibles al cambio
climático son las orquídeas; la variedad más conocida de ellas, la Cathaleia Rex, estaría en peligro de
desaparecer.
En conclusión, de todo
lo anterior se deduce entonces que los impactos del cambio climático tienen el
potencial de poner en riesgo los principales medios de vida de la población,
comprometiendo su supervivencia actual y futura.
SUMILLAS:
“Entre
1995 y 2006 ha tenido 11 de los doce años más calurosos desde 1850”
“La deforestación, los gases de invernadero y
el aumento de la temperatura de la tierra influyen con mayor incidencia en el
cambio climático”.
“Se
estima que un 89% de la infraestructura vial en nuestro país es altamente
vulnerable a los eventos climáticos.”
*Periodista, editor de la revista Actualidad Militar y Expresión Militar del Ejército de Perú.
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