jueves, 30 de abril de 2015

Descubren el origen de las misteriosas 'cataratas de sangre' de la Antártida.


La región de los valles de McMurdo, en la Antártida, es uno de los lugares más secos del planeta, pero a la vez alberga las misteriosas 'cataratas de sangre' del Glaciar Taylor, llamadas así por su tonalidad rojiza. Un nuevo estudio llega a la conclusión de que este fenómeno enigmático puede tener su origen en grandes depósitos de agua subterránea salada y extremadamente fría.
Según el estudio, publicado este martes en 'Nature Communications', esta agua puede incluso unir los lagos que la rodean en una inmensa red y albergar vida microbiana extremófila.
Los científicos sabían que la salida de agua roja debía tener algún origen, pero se sorprendieron al descubrir la gran extensión de los depósitos subterráneos de agua del valle.
Según los científicos, es posible que esta extensa salmuera no sea única en el valle y que los ecosistemas subterráneos de microbios extremófilos puedan estar conectados con lagos visibles y tal vez incluso interactuar con el océano.
Fotos: Cataratas de sangre nsf.gov

Extremófilas: ¡unas bacterias al extremo!
Escrito por: Luisa María Osorio
Hay una bacteria capaz de soportar una dosis de radiación 10.000 veces superior a la que mataría a un humano; según la NASA, algunos de estos organismos extremófilos podrían sobrevivir en Marte “semanas e incluso años”
Las bacterias extremófilas son microorganismos capaces de soportar condiciones extremas, ya que, por lo general, no se encuentran en condiciones habituales en las cuales viven los seres vivos: pH neutral, temperaturas medias entre 37°, salinidad baja, etc. La primera investigación que se realizó fue en el parque Yellowstone, en donde el botánico y microbiólogo Thomas Brock encontró microorganismos en aguas demasiado calientes que, para ese entonces, se creía imposible que albergaran alguna clase de ser vivo (Salomone, M, 2005); también hubo otro descubrimiento importante que fue el de extremófilos en las aguas supremamente ácidas del río Tinto (Clavería, A, 2004).
Otro gran hallazgo acerca del tema fue el relacionado con las bacterias encontradas en profundidades del mar que hasta una época no fueron alcanzadas, pero al llegar a 2500 metros aproximadamente empezaron a encontrar vida que creyeron no poder ver en estos lugares del océano. Después de estos grandes hallazgos, los científicos han seguido encontrando muchas más extremófilas, resistentes a toda clase de vida extrema del planeta o… ¿por qué no, de otros mundos?
Las bacterias extremófilas se han clasificado en distintas clases dependiendo de sus características:
Anhidrobiosis: Viven en ausencia de agua.
Acidófilo: Se desarrollan en ambientes de alta acidez.
Alcalófilo: Se desarrollan en ambientes muy alcalinos (básicos).
Barófilo: Se desarrollan en ambientes con presión muy alta.
Halófilo: Se desarrollan en ambientes hipersalinos
Endolito: Organismo de suelos profundos. Viven a muchos metros bajo el suelo, incluso en medio de rocas.
Psicrófilo: Se desarrollan en ambientes de temperatura muy fría
Radiófilo: Soportan gran cantidad de radiación
Termófilo: Se desarrollan en ambientes a temperaturas superiores a 45ºC
Hipertermófilo: Tienen su temperatura óptima de crecimiento por encima de los 80ºC.
Xerófilo: Se desarrollan en ambientes con muy baja humedad.
Teniendo en cuenta que más del 50% de la biomasa terrestre está compuesta por microorganismos, de los cuales en su mayoría viven en las profundidades del océano, no sería extraño pensar que provenimos de estos seres microscópicos, y sería aun menos raro pensar que la evolución surgió a partir de las bacterias extremófilas las cuales podrían haber soportado cualquier clase de ecosistema con condiciones diferentes y extremas para nosotros los humanos e incluso para los animales y plantas que habitan el planeta tierra.
Esta clase de vida ``al extremo´´ sorprende a muchos investigadores, quienes nunca habían observado esas especies anteriormente ya que la tecnología que se poseía antes no era lo suficientemente avanzada para poder estudiar estos microorganismos; en consecuencia, se habría estudiado hasta entonces el 1% de la biodiversidad microbiana del planeta tierra. La vida extremófila empieza a salir a la luz, "La sorpresa viene del concepto homocéntrico que tenemos los biólogos sobre la vida, o, mejor dicho, que teníamos", dice Amils, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid. (Salomone, M, 2005)
El hecho de estar conociendo bacterias extremófilas ha impulsado a algunos científicos a buscar vida en otros planetas, ya que si pueden vivir en ambientes tan raros e inhóspitos, ¿Por qué no podrían vivir en Marte o en cualquier otro planeta? Se han hecho estudios y se ha comprobado que estos microorganismos podrían vivir en Marte días e incluso años, es más, también es posible que resistan el viaje interplanetario para poder llegar a estos lugares. Ahora bien, si analizamos estos hechos no se podría descartar la idea revolucionaría de la “Panspermia”, que apunta a que la vida en la tierra se originó a partir de microorganismos congelados en el polvo interestelar, que llegarían a la tierra por medio de meteoritos que chocaron con esta.
Investigaciones recientes siguen apuntando a estas teorías, así, el 16 de Mayo de 2001 dos investigadores italianos de la Universidad Federico II de Nápoles encontraron bacterias alienígenas en los más de 50 tipos de meteoritos analizados; estos microorganismos encontrados eran nada más y nada menos que extremófilas de todo tipo (Nogueira, A, 2003). Teniendo entonces estas pruebas, ¿cuál será el origen de la vida?, ¿se crearía por bacterias extraterrestres o por la generación espontánea en la tierra?
Fuentes bibliográficas
Salomone, M. La vida al límite [en línea], 25 de Octubre de 2005. Disponible en: http://www.elpais.com/articulo/portada/vida/limite/elpeputec/20050925elpepspor_2/Tes [consultado 06 mayo 2010].
Nogueira, A. Estudio sobre el origen de la vida [en línea]. Disponible en: http://www.uam.es/otros/geb/revista/Origen%20de%20la%20vida.pdf [consultado 06 mayo 2010].
Creces: ciencia y tecnología. Bacterias extremófilas [en línea], 2003. Disponible en: http://www.creces.cl/new/index.asp?tc=1&nc=5&tit=&art=1229&pr [consultado 06 mayo 2010].

Clavería, A. Entrevista a Felipe Gómez: “Allí donde buscas extremófilos suele haberlos” [en línea], 2004. Disponible en: http://www.fq.profes.net/archivo2.asp?id_contenido=41823 [consultado 06 mayo 2010].

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