Para poder pronosticar el potente fenómeno natural de El Niño hay que
entender los mecanismos físicos que lo dirigen, entre los cuales están los
procesos atmosféricos.
La influencia de las nubes en la circulación atmosférica es responsable
de más de la mitad de la fuerza de los fenómenos de El Niño y La Niña, según
han revelado los investigadores del Instituto de Meteorología de Max Planck en
un estudio recién publicado en la revista 'Nature Geoscience'.
El Niño-Oscilación del Sur (ENSO, por sus siglas en inglés) es un
patrón climático recurrente, en el marco del cual los parámetros meteorológicos
del Pacífico ecuatorial oscilan cada cierto período de tiempo. ENSO tiene dos
extremos: uno de calentamiento y lluvias, llamado 'El Niño', y otro de
enfriamiento, conocido como 'La Niña'.
En su investigación los científicos realizaron experimentos numéricos con
un modelo del sistema de la Tierra. Al comparar simulaciones de modelos
climáticos que tomaban en cuenta las interacciones entre las nubes y la
circulación atmosférica con las que no incluían estas interacciones, se
confirmó que la oscilación de las temperaturas de superficie del mar, que se
relaciona con El Niño, es dos veces más fuerte en las primeras simulaciones, y
por lo tanto las nubes duplican la potencia del fenómeno.
Los científicos señalan que su hallazgo puede ayudar a pronosticar El
Niño y comprender mejor su respuesta al cambio climático.
Foto: Una imagen, publicada
en 2008, muestra el fenómeno de La Niña / Reuters / NASA
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