sábado, 18 de agosto de 2012

Una proteína artificial pone a prueba la importancia del agua para la vida


EL AGUA PODRÍA SER REEMPLEZADA SIN AFECTAR A LAS PROTEÍNAS.

Desde niños hemos escuchado que el agua es vida. Nuestros padres nos inculcaron a cuidar el llamado líquido elemento. El origen de la vida se ha dado en el agua, indudablemente que han colaborado la energía del sol y la fortaleza de los suelos con sus componentes abióticos.

La pregunta que siempre nos hemos planteado es ¿habrá agua en otros planetas de nuestro sistema solar? Hasta hace pocos años era un enigma. Hoy gracias a la revolución científica ya no lo es más.

Al respecto traemos a colación lo que expresa la revista ABC.es-Ciencia, “Y en 2003, por fin, la Mars Odyssey pudo detectar, por primera vez, pequeñas partículas agua helada justo bajo la superficie de Marte. Algo que algunos años después fue confirmado "in situ" por la misión Phoenix”.

Qué nos indica estos primeros indicios, que en la superficie marciana hubo y hay agua. Un grupo de investigadores de la Universidad de México, dirigidos por Francis Mc Cubbin, ha aportado evidencias muy sólidas de que al interior de Marte existe agua, por lo menos igual cantidad de la que existe en nuestro planeta.

Uno de los datos más repetidos por los astrobiólogos cuando mencionan las características esenciales para la aparición de la vida en otros mundos es la presencia de agua líquida. Lo más probable además, para curarse en salud, es que mencionen que el famoso H2O es esencial para la vida "tal y como la conocemos en la Tierra".

Pero ¿y si los científicos estuvieran pecando de terracentrismo? ¿Y si en realidad la vida pudiera apañárselas para prosperar sin agua?

Adam Perriman y sus colegas de la Universidad de Bristol también han llegado a preguntarse sobre la exactitud del "dogma" que sostiene que el agua es la molécula biológica más importante, y sus hallazgos han sorprendido a la comunidad científica.

Lo que hicieron Perriman y sus colegas es cambiar la cobertura de agua que cubre a la mioglobina (proteína encargada de transportar oxígeno a los músculos y responsable del color rojizo de la carne cruda) por un recubrimiento distinto realizado con un polímero sintético que actúa comotensoactivo. Eso hizo que la mioglobina se convirtiera en un líquido viscoso con la consistencia de una espesa melaza.

Tras eso, emplearon una técnica de dispersión de neutrones para observar el modo en que se movían las nuevas proteínas, lo cual equivale de facto a evaluar su funcionamiento correcto. Así descubrieron que las proteínas hibridadas con polímeros se movían igual de bien que las proteínas normales en el agua, permaneciendo flexibles y exhibiendo su dinámica interna habitual. Y lo más importante, podían seguir envolviendo moléculas de oxígeno, tal y como hace la mioglobina en los tejidos vivos.

Obviamente, tras este hallazgo el "dogma" del agua se tambalea un poquito, aunque antes de sacar conclusiones precipitadas y lanzar el saber acumulado por los biólogos a lo largo de los últimos siglos, leamos lo que expresa el científico Martin Weik, del Instituto de Biología Estructural de Grenoble, Francia: "Existen formas de remplazar el agua con otra cosa y que aun así las proteínas permanezcan contentas".

¿Alguna aplicación a la vista? Entre las que el equipo intentará explorar en breve se encuentran la cobertura de heridas, sobre las que se podrá aplicar la proteína líquida en forma de pasta. De ese modo esta melaza podría actuar como una bomba de oxígeno, creando una reacción química entre la capa de proteína y una membrana de glucosa que condujese al oxígeno hasta la superficie de la piel.

Para John Ward, del University College de Londres, quien por cierto no colaboró en esta investigación, esta línea de trabajo podría conducir a procesos de ingeniería química capaces de producir subproductos menos peligrosos.

En su opinión: "Para conseguir aplicaciones químicas más ecológicas necesitamos una unión más fuerte entre la biocatálisis y la catálisis química. En este sentido el trabajo de Weik podría ser de utilidad".

La pregunta obvia a raíz de esta investigación con proteínas libres de solventes es ¿Podrían existir formas de vida extraterrestres, basadas en proteínas, en ambientes en los que no existiera agua? Esto resulta sumamente improbable, ya que este tipo de proteínas hibridadas no se darían de forma natural, ya que el polímero empleado no se parece a nada que exista en la naturaleza.
Notas: El artículo se ha publicado en Journal of the American Chemical Society

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