La humanidad ha dejado tanto impacto medioambiental en la Tierra que se
cree que nuestro planeta ha entrado en una nueva era geológica: el Antropoceno.
No es fácil decidir si ya hemos entrado en una nueva era geológica
'creada' por el hombre, el Antropoceno, publica Gizmodo. Para definir un nuevo "capitulo
en la historia geológica", los geólogos suelen basarse en las
capas de las rocas, los fósiles y evidencias geoquímicas.
Sin embargo, el medio argumenta que "las huellas dactilares de
la sociedad industrial" están en nuestros alrededores, y que
algunas de los cuales permanecerán incluso cuando nosotros tal vez ya no
existamos.
Los fósiles tecnológicos
La humanidad está generando a gran escala basura que no se descompone,
indica el portal. Los llamados 'tecnofósiles' ―desde CD-ROM y vasos de plástico, hasta chatarra
electrónica― podrían permanecer en la Tierra durante miles de millones de años,
sobreviviendo incluso a la humanidad.
Una reciente investigación advierte que los plásticos enterrados en
vertederos podrían ser una 'bomba de tiempo'. Algunos vertederos, que se
encuentran en el suelo bajo en las zonas de subsidencia tectónica, serán
enterrados por más estratos y "fosilizados como muladares
paleontológicos". Sin embargo, en los lugares de erosión comenzarán a
liberar desechos, incluyendo plástico, en el ciclo sedimentario.
EarthFix/Flickr
Los fósiles reales
La edad de los seres humanos se caracterizará también por cambios drásticos
en el registro de fósiles naturales, señala Gizmodo. La población de los
humanos se ha incrementado considerablemente durante el último siglo, a lo que
se añade el aumento en la cantidad de los animales domésticos.
Al mismo tiempo, algunas especies están despareciendo rápidamente
―estamos en las primeras etapas de una sexta extinción en masa― mientras que
otras son llevadas a lugares que no son su hábitat natural.
La contaminación de carbono
Los seres humanos están quemando combustibles fósiles y liberando
enormes cantidades de carbono al aire. El dióxido de carbono está calentando
nuestro clima y remodelando la química atmosférica de una manera que
"dejará una huella imborrable", señala el rotativo.
Asimismo, las capas recién formadas de hielo en los polos norte y sur
atraparán diminutas muestras de nuestro ambiente moderno en forma de burbujas
de aire, "ofreciendo a los geoquímicos del futuro el sabor de los cielos
llenos de esmog".
Fertilizantes de nitrógeno
Si usted vivió en la Tierra durante los años 1960 y 70, contiene un
rastro indeleble de la Guerra Fría en los huesos
El portal recuerda que el denominado proceso de Haber-Bosch transformó
radicalmente la forma en que nos alimentamos a nosotros mismos y a nuestro
planeta. Los químicos Fritz Haber y Carl Bosch propusieron utilizar la alta
presión y el calor para convertir el nitrógeno atmosférico en fertilizante
amoníaco, haciéndolo barato y de acción rápido.
Los agricultores aplicaron el fertilizante generosamente a los campos,
lo que duplicó la cantidad de nitrógeno que circula activamente en nuestra
biosfera. En ese sentido, el cambio del ciclo del nitrógeno de la Tierra
"dejará una marca indeleble en la geoquímica y la ecología del
Antropoceno".
Los pozos
Wikimedia
Los seres humanos están excavando, perforando, minando y explotando la
corteza terrestre, lo cual tampoco pasará desapercibido. Todas esas actividades
dejan 'cicatrices' en la faz de la Tierra que tardarán desde decenas hasta
cientos de millones de años en desaparecer.
Las armas nucleares
Un punto clave del debate sobre el Antropoceno es el momento exacto en
que comenzó. Algunos argumentan que la fecha sería 1964, año de pruebas de
armas nucleares tan grandes que provocaron un repunte dramático en la cantidad
de carbono radiactivo, o carbono-14, en nuestra atmósfera. "Si usted vivió
en la Tierra durante los años 1960 y 70, contiene un rastro indeleble de la
Guerra Fría en los huesos, y eso podría, literalmente, anunciar el comienzo de
una nueva era", resume la publicación.
Foto: 'Baker Shot', un ensayo nuclear realizado por Estados Unidos en
el atolón de Bikini en 1946. Wikimedia
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