Nota de Redacción:
Este artículo apareció el año 2004. Por su importancia la publicamos para conocimiento de nuestros lectores. Algunos datos pueden haber variado, pero, al final las actividades antrópicas son las que están afectando los ecosistemas, el cambio climático, la desaparición de especies, la contaminación ambiental y el efecto invernadero de la tierra.
"El Instituto Tyndall Centre de Inglaterra declaró al Perú como el tercer país más vulnerable del mundo ante la crisis climática por su ubicación exclusiva en el planeta. Han pasado años desde su publicación (2004), pero el problema se mantiene patente y no parece haber remedio alguno. Luego del primer lugar ocupado por Honduras y Bangladesh, el país sudamericano ocupa el tercer lugar, hecho que afecta, de igual manera, a su sociedad y economía. Los peruanos saben que algo anda mal, la actitud esquizofrenia del clima y los desastres naturales que son pan de cada día no son productos del azar".
Por Milton
López Tarabochia / servindi.org / 17.Enero.2014
El
Instituto Tyndall Centre de Inglaterra declaró al Perú como el tercer país más
vulnerable del mundo ante la crisis climática por su ubicación exclusiva en el
planeta. Han pasado años desde su publicación (2004), pero el problema se mantiene
patente y no parece haber remedio alguno.
Luego del
primer lugar ocupado por Honduras y Bangladesh, el país sudamericano
ocupa el tercer lugar, hecho que afecta, de igual manera, a su sociedad y
economía. Los peruanos saben que algo anda mal, la actitud esquizofrénica del
clima y los desastres naturales que son pan de cada día no son productos del
azar.
La
vulnerabilidad climática es el grado de susceptibilidad de un territorio
ante el cambio climático. Este índice varía según la localización, sensibilidad
y adaptación posible de la región.
América
Latina y el Caribe son zonas débiles de manera especial contra las inclemencias
de la naturaleza. Esto se explica por ser áreas con una serie de climas
extremos y variados en sus territorios.
El Perú,
específicamente, es vulnerable por tener en sus tierras grandes fenómenos
hidro-meteorológicos como los huaycos, sequías, lluvias torrenciales, heladas,
granizadas, entre otros; o formaciones orogénicas determinantes de su clima
como la Cordillera de los Andes, además de la Amazonía, pulmón del mundo. Ambos
son lugares estratégicos a nivel mundial para el mantenimiento de la vida.
Por otro
lado, posee una gigantesca gama de climas: 27 de los 32 a nivel mundial. Dichas
condiciones lo hace un país rico en ecología y recursos naturales, pero frágil
ante el calentamiento global.
Según el
Ministerio del Ambiente (MINAM), los fenómenos antes mencionados se han
incrementado seis veces desde el año 1997 al 2006. No olvidemos que el Fenómeno
del Niño es una constante dañina que nos visita con más intensidad cada año,
igual que los llamados “friajes”.
Daños
futuros, problemas presentes
El Minam
ha declarado que estas son las siguientes consecuencias para la nación peruana
frente a la imbatible transformación del clima: la pérdida del 22 por ciento de
los glaciares, que significan el 71 por ciento de glaciares tropicales para el
mundo.
La pérdida
de la fauna y flora amazónica, como de los cultivos clásicos en la mesa de las
familias peruanas, arroz, papa, maíz. Además habrá un deterioro importante de
las carreteras del país debido a que un 89 por ciento son vulnerables al cambio
climático.
El agua es
un pilar en la problemática ambiental. En 40 años el Perú poseerá solo el 60
por ciento de lo que tiene ahora. Recordemos que la escasez del recurso
hídrico, sumada a las altas temperaturas, atiza los incendios forestales y la
expansión de plagas en el territorio nacional.
Estos
últimos efectos demuestran una incidencia en la dinámica socio-económica del
país. Los seres humanos destruimos nuestro hogar. Tanto así que mientras pase
el tiempo y el clima cambie, muchas zonas no serán aptas para muchos animales.
Así se producirá una migración de comunidades biológicas sin precedentes.
La especie
humana es la principal responsable del cambio climático
El ser
humano desde su aparición en la tierra siempre se ha jactado de poder realizar
una serie de hechos trascendentales y -sin duda- tiene méritos. Pero también es
agente de la destrucción del planeta.
El año
pasado el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, siglas en
inglés), creado por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de la
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), declaró en un informe que
la actividad humana es la principal causante del calentamiento global desde
1950. El reporte se realizó con un 95 por ciento de probabilidad.
Dicho
estudio pone fin a un debate sobre el verdadero origen del calentamiento
global, entre posturas científicas que abogaban por la culpabilidad del hombre,
o, quienes sostenían que era una manifestación natural del planeta. Esta última
postura defendida a capa y espada por las trasnacionales dedicadas a la
explotación forestal, minera o de hidrocarburos.
Las
empresas pertenecen, entre las más productivas, a países del medio oriente como
Catar que según el Banco Mundial emite 40,3 por ciento de
dióxido de carbono (CO2) de toneladas métricas per cápita, o del continente
americano como Estados Unidos que emite 17,6 por ciento.
El hombre
y sus empresas son causantes de que la temperatura vaya a subir un promedio de
2 grados centígrados (entre 1 a 5,8 según la latitud y ubicación del país), al
igual que el incremento del nivel del mar en un promedio de 50 cm.
La ciudad
de Venecia podría ser una de las principales afectadas por una inundación. Sin
embargo, Lima padecería todo lo contrario, una sequía.
Recordemos
que una de las primeras fuentes de agua potable para la capital es el agua proveniente
del hielo derretido de las cordilleras. Y al no haber glaciares como el
Pastoruri, entraríamos a lo que algunos especialistas llaman la Gran Sequía,
que se produciría en la costa y en la sierra.
El Perú
será sede de la vigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco
de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 20) en diciembre de este
año. Y tendrá un arduo reto hacia la realización de un nuevo acuerdo climático
que sea, más que todo, consecuente. Más aún si la anterior conferencia, la COP
19 en Varsovia, no resultó como se esperaba
fnh.vps.25.may.2015
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